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SOBRE "EN PSICOLOG@": Constituidos en el Mal-estar

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Ser Psicólog@ Clínic@ implica atender pacientes: jóvenes, niños, adultos.  El Psicoanálisis freudo-lacaniano conlleva una escucha, cuyo fundamento principal tiene relación con el lugar que se le da al inconsciente, como instancia particular y determinante de lo humano, suponiendo algo de lo incógnito en aquello que creemos que somos y que no es manejable ni controlable por la voluntad.  Algo del "si mismo" escapa al YO, quien deja de ser señor y dueño de su ser, haciéndolo un sujeto dividido y escindido estructuralmente, como si siempre se estuviera conviviendo con otro personaje que hace trampa, zancadillas, produciendo extrañezas y desagrado por no lograr la coherencia y unidad esperada.  Desde que nace, el ser humano se va configurando a partir de ciertas contradicciones estructurales, que van constituyendo "eso que cree ser", pero que nunca conoce del todo, produciendo una sensación de incomodidad en relación a sí mismo y con los otros: u n MAL-ESTAR.   Por un l

"EL TIEMPO DE LAS COSAS"

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  Texto escrito por Psicóloga Clínica, Ximena Arrau Herud Que temazo este del tiempo. Del cronológico y del que va más allá del reloj. Tiempos subjetivos, inconscientes, sin horarios ni calendarios, que se articulan en  en la escritura,  el acto psicoanalítico y en momentos de constitución subjetiva, requiriendo cierta estructura para su acontecimiento.  Lo cronológico-formal es un marco, una especie de "disciplina", que requiere ser instalada "sea como sea" para que "eso" se eche a andar y tenga efectos. Es un tiempo/espacio que se establece  con un@ mism@ en el acto de escribir;   entre dos, en el tratamiento psicoanalítico;  con otros, al constituir algo en lo subjetivo y social. Primer tiempo. Enfrentarse a la "página en blanco", donde se escribe o dice lo que va apareciendo, sin pensarlo mucho: asociación libre, en psicoanálisis, "lluvia de ideas", en un grupo. Palabras azarosas, a veces absurdas, lateras, poco ocurrentes, en un es

DESPARRAMADOS EN EL DESORDEN: Acogiendo lo Botado

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Texto escrito por Psicóloga Clínica, Ximena Arrau Herud A muchas personas les ha dado por ordenar la casa esta cuarentena. Hay quienes tienen la costumbre del orden y limpieza arraigada al cuerpo y han  adaptado rápidamente sus hogares al teletrabajo o a la nueva vida social-cibernética . También  hay quienes reconocen un cierto encanto en el desorden o pueden convivir tranquilamente con éste.  Otros, han querido hacerlo porque no soportan el desorden . Tienen ideales de casas, información sobre los múltiples beneficios del orden y el convencimiento de que vivirían mucho mejor con lo preciso y con cada cosa en su lugar.  Aún así, no logran hacerlo. Algo resiste. A veces se empieza con todo el ánimo del mundo y ya en el primer intento surge el tope con los  recuerdos : cartas antiguas de abuelos, fotos con amigos de juventud, agendas de años remotos .....de ahí a la parálisis y diálogo interno : "¿los boto/no-los boto?" "bota todo lo que ya no usas"   

ENCONTRANDOSE en el ENCIERRO

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No es habitual despertar un lunes y entender que en vez de la ajetreada mañana de todos los días, esta vez habrá que  quedarse en casa . No es fácil que esto empiece a suceder también  martesmiercolesjuevesviernes,  como si siempre fuera fin de semana. El problema es que mientras pasan los días, la situación se va volviendo tan amorfa, que hasta la noción del tiempo se empieza a desvanecer. Es extraña la infinitud que se siente.  ¿Qué haré con tanto espacio por delante? Surgen estados de angustia-incertidumbre, mezclados con angustias e incertidumbres por la compleja situación que vivimos en el mundo. Te levantas e inicias un circuito de recorridos bastante estrecho: de la cama al living, pasando por la cocina, topándote con familiares que habitualmente ya habrían salido, que queremos mucho y que son un agrado para convivir en vacaciones, pero no en lo cotidiano del  "para siempre". Si eres dueña de casa y tenías a las 12 del día la cocina impecable, ahora están t

PEDIR AYUDA... Qué Verguenza, Qué Debilidad...!!!

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"Convivir con la soledad es un valor Convivir con los demás, también" Algunas personas que asisten al psicólogo presentan una contradicción interna. Por un lado, solicitan ayuda; por otro, creen que deben resolver sus problemas solos, que necesitar y pedir ayuda es una debilidad, y esto los avergüenza. Muchas veces, detrás de esta creencia está el supuesto de que deberían tener la fortaleza y la sabiduría para enfrentar el mundo y sus dificultades, supuesto que se ha ido instalando desde los primeros años de vida.  Por ejemplo, si un niño llora, pide atención y nunca lo reconocen, podría quedarse con la impresión de que nadie lo ayuda y debe conseguir las cosas solo. Si esto se reitera, la persona va construyendo psíquicamente un concepto  de soledad, abandono y  desconfianza , que lo " acompañará" en la vida adulta. De esta forma, se va constituyendo una persona que se las arregla sola, que no necesita a nadie y que sabe todo sobre sí misma.  Esta 

LA PACIENCIA DE SER PACIENTE

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Así como el ser humano es complejo, el proceso psicoterapéutico también lo es. Tiene vicisitudes, adelantos, retrocesos. A veces las personas avanzan y caen nuevamente, repiten. Otras veces, sienten que no avanzan y, de un momento a otro, se sorprenden enfrentando las mismas dificultades de distinta manera. Para realizar una psicoterapia hay que ser paciente, en el amplio sentido de la palabra: hay que instalarse en el lugar de paciente y hay que tener paciencia. Esto significa tener la intención, la disposición de realizar un trabajo personal y de entender que es un proceso lento, que requiere tiempo. La primera invitación que hace un psicólogo a un paciente es tener un lugar . Esta acción permite que la persona pueda hablar sobre sí misma y, poco a poco, vaya ocupando este espacio, haciéndolo propio. Al hablar se va escuchando, algo se empieza a movilizar, permitiéndole ir vinculando hitos de su memoria a su situación actual, ir encontrando luces sobre lo que le ac

NO ESTOY LOCO

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Muchas personas que presentan dificultades psíquicas consultan a un médico para conseguir un remedio que alivie sus síntomas y permita seguir funcionando. A veces, el médico deriva a estos pacientes al psicólogo o al psiquiatra, suponiendo que la solución va por otro camino. Esto provoca miedos y dudas en las personas, ya que se asocia el tema de la salud mental a la locura. El miedo a la locura se relaciona con la pérdida de control, con el juicio social, con el temor a no ser dueño de sí mismo. La persona se "siente loca" porque existe un síntoma que se "instala", se escapa a lo habitual y no se logra manejar: dificultades para levantarse, emociones sin control, acciones y pensamientos que se repiten sin "querer", alteraciones físicas sin causa orgánica, problemas de interacción con los demás. Si bien es cierto que el trabajo de los profesionales de salud mental se vincula, de alguna manera, con la locura, también es cierto que toda