ASHTANGA - YOGA y la Memoria del Cuerpo
Aún cuando el YOGA a veces puede parecer una moda, igual resulta relevante mencionar algunas particularidades de esta disciplina que pueden ser complementarias al trabajo en psicoterapia.
A primera vista, el Ashtanga-Yoga pareciera ser un ejercicio complejo, difícil, que solo lo pueden hacer personas especiales, del mundo oriental o de otro mundo. Sin embargo, a medida que empieza a realizar en forma constante, sorprende cómo se va desarrollando la propia agilidad, flexibilidad y dinámica que requiere.
Se trata de secuencias estructuradas que cada persona va haciendo a su propio ritmo. Se trata siempre de un mismo esquema de ejercicios de elongación, acompañados de una respiración particular, que van generando calor propio, el cual ayuda a expandir y flexibilizar el cuerpo. Al realizar estas secuencias en forma frecuente, se va perfeccionando el ejercicio y se empieza a producir una fluidez en el movimiento.
Lo reconfortante de esta disciplina es que se va avanzando más rápido de lo que se esperaría, lo que va produciendo asombro y fascinación por lo que puede llega a hacer el cuerpo y su memoria. Al hacer los ejercicios, la persona empieza a ir más allá de si misma, de sus limitaciones, sorprendiéndose por lo que puede lograr. Sin embargo, también puede verse invadida por temores, complejos, angustias, que hacen topar con puntos en conflicto de la propia historia necesarios de trabajar.
De esta manera el yoga se convierte en un espacio complementario al trabajo realizado en psicoterapia, en tanto es una disciplina que confronta a la persona consigo misma. En este sentido, el espacio psicoterapéutico se trataría de un lugar que permitiría instalar palabras en un proceso donde está implicado el cuerpo, su memoria, su historia.
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